El insólito "plumón" de las alas de los ángeles del retablo de Aralar y de la arqueta de Santa Valeria del Museo Británico
Cuando allá por 1186-1188 Ricardo Corazón de León les dijo a los orfebres lemosinos que el frontal de altar que les encargaba debía incluir una imagen del titular del templo al que iba a ir destinado —el santuario navarro de San Miguel de Excelsis— les pilló un poco por sorpresa porque nunca hasta entonces habían hecho un “San Miguel”. Por no hablar de eso del “excelsis”, del que no conocían ningún precedente iconográfico.
Pero enseguida dieron con la solución: el “San Miguel” lo harían copiando uno de los ángeles turiferarios que acababan de crear para la arqueta con el martirio de Santa Valeria y el “excelsis” lo simbolizarían colocándolo sobre una elevación.
Llegados a este punto, lo único que hubo que decidir fue cuál de los dos ángeles utilizarían como modelo. Observaron uno, observaron el otro... y la decisión fue unánime: sería el del piñón izquierdo, pues portaba un libro y sus alas incluían como novedad una franja que pretendía simular el plumón interior.
Este "plumón" es exclusivo de ambos ángeles y no se encuentra en ninguna otra obra de Limoges. Ambas figuras también comparten un detalle característico del taller. Yo lo llamo el “pie con dedos pene”. Son el pie izquierdo del ángel de Aralar y el derecho del ángel del British Museum.
Y ahora es cuando la “experta catalana” Lourdes de Sanjosé dirá que ella también lo había visto todo tal cual y sin tiempo que perder, y animada por su “gurú”, correrá a incluir esta conexión en su “investigación”. ¿Llegará a tiempo?
Dicho esto, tengo que reconocer que los dos ángeles turiferarios de la arqueta de Santa Valería están entre mis esmaltes de Limoges favoritos.
Como ya digo en mis artículos, esta arqueta de Santa Valeria del Museo Británico es otra de las obras de Limoges que yo considero en el grupo de “hermanas mayores” del retablo. La conexión más característica de este grupo es el marco azul decorado con estrellitas/florecitas con núcleos que alternan los colores blanco y rojo. Es el mismo que el de los marcos de la arqueta de la Adoración de lo Magos (NGA de Washington), de la arqueta de San Pedro (catedral de Apt), y de la mandorla, escabel y pasamanería de un apóstol en el retablo de Aralar.
©Manuel Sagastibelza Beraza, 2022
Pero enseguida dieron con la solución: el “San Miguel” lo harían copiando uno de los ángeles turiferarios que acababan de crear para la arqueta con el martirio de Santa Valeria y el “excelsis” lo simbolizarían colocándolo sobre una elevación.
Llegados a este punto, lo único que hubo que decidir fue cuál de los dos ángeles utilizarían como modelo. Observaron uno, observaron el otro... y la decisión fue unánime: sería el del piñón izquierdo, pues portaba un libro y sus alas incluían como novedad una franja que pretendía simular el plumón interior.
Este "plumón" es exclusivo de ambos ángeles y no se encuentra en ninguna otra obra de Limoges. Ambas figuras también comparten un detalle característico del taller. Yo lo llamo el “pie con dedos pene”. Son el pie izquierdo del ángel de Aralar y el derecho del ángel del British Museum.
Y ahora es cuando la “experta catalana” Lourdes de Sanjosé dirá que ella también lo había visto todo tal cual y sin tiempo que perder, y animada por su “gurú”, correrá a incluir esta conexión en su “investigación”. ¿Llegará a tiempo?
Dicho esto, tengo que reconocer que los dos ángeles turiferarios de la arqueta de Santa Valería están entre mis esmaltes de Limoges favoritos.
Como ya digo en mis artículos, esta arqueta de Santa Valeria del Museo Británico es otra de las obras de Limoges que yo considero en el grupo de “hermanas mayores” del retablo. La conexión más característica de este grupo es el marco azul decorado con estrellitas/florecitas con núcleos que alternan los colores blanco y rojo. Es el mismo que el de los marcos de la arqueta de la Adoración de lo Magos (NGA de Washington), de la arqueta de San Pedro (catedral de Apt), y de la mandorla, escabel y pasamanería de un apóstol en el retablo de Aralar.
©Manuel Sagastibelza Beraza, 2022
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